dilluns, 19 de juliol del 2010

Energía: la gasolina del cuerpo

La energía proveniente de la oxidación de los tres nutrientes energéticos (proteínas, hidratos de carbono y grasas), se expresa en calorías y es la forma más habitual en nuestro medio de expresar el rendimiento energético de los tres macronutrientes. La caloría traduce la energía en unidades de calor y se define como la cantidad de calor necesaria para elevar en un grado centígrado la temperatura de un gramo de agua. Cuando hablamos de calorías en la dieta estamos hablando, en realidad, de kilocalorías, es decir de 1000 calorías. La kilocaloría (Kcal) es, por tanto, la cantidad de calor necesaria para elevar en un grado centígrado la temperatura de un kilogramo de agua. Una kilocaloría (Kcal) son 1000 calorías.El rendimiento energético de los macronutrientes también se puede expresar en Kilojulios es decir en unidades de energía y no de calor como en la Kcal. 1 Kcal = 4,184 kilojulios.Cuando los nutrientes se oxidan tienen un rendimiento energético que se expresa en Kcal por g de nutriente. Este hecho constituye uno de los pilares de la dietética por la posibilidad que ofrece de convertir las Kcal en gramos de nutriente y estos posteriormente en gramos de alimento, haciendo posible dar pautas y recomendaciones de consumo y también planificar dietas y menús. Por supuesto también se puede hacer a la inversa y a partir de los gramos de alimentos consumidos estudiar la forma de alimentarse de individuos y poblaciones.Cada uno de los tres nutrientes energéticos tiene un rendimiento energético:
Los hidratos de carbono aportan 3,75 Kcal./g. aunque en la practica se suele redondear a 4 Kcal./g.
Las proteínas aportan 4 Kcal./g.
Las grasas aportan 9 Kcal. por g. de nutriente.
También suele considerarse el valor energético del alcohol etílico que aporta 7 Kcal./g.
Los seres humanos utilizamos la energía obtenida de los alimentos para diversos fines:
Metabolismo basal para mantener las funciones vitales del organismo, ya que incluso durmiendo se precisa energía para el manteniendo de los órganos como el cerebro (que consume gran parte de las necesidades basales de energía), el corazón, la respiración, el tono muscular o la circulación de la sangre.
Termogénesis o producción de calor para el mantenimiento de la temperatura corporal y el que se produce en el proceso de oxidación de los alimentos y que es mayor para las proteínas que para los otros dos nutrientes energéticos.
Actividad física, que será mayor o menor dependiendo de si es ligera moderada o intensa.
Una alimentación equilibrada es consecuencia de la combinación adecuada de los distintos tipos de alimentos y debe garantizar las necesidades de energía y nutrientes sin llevar al exceso pero evitando el déficit ya que su objetivo es mantener a los individuos en condiciones óptimas de salud en todas las épocas y situaciones fisiológicas de la vida. La proporción de nutrientes que debemos consumir en nuestra dieta equilibrada vendría determinado por:
50-60 % de Hidratos de carbono.
25-35 % de Grasas.
10-15 % de Proteínas.

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